miércoles, 30 de noviembre de 2011

Vampiro




VAMPIRO

Y tus colmillos son fuente de furia
Tu sangre mi ser
Tus gemidos el vientre
Que dan vida a mi sed
Dulce despertar de los tiempos
Que enturbian mi ser
Ser de esperanza y consuelo
Que desnudada fue
Alma perdida
Que vagas con el
El despertar de los tiempos
Te dará tu fe
Fe perdida y turbia
Que carga con el
Desnuda tu alma
Y comprométete
Vampiro del olvido
Sangre de sed
Vuelve a tu vida
Que quitada te fue



lunes, 28 de noviembre de 2011

El Vampiro




                                                  El Vampiro





La suave brisa que parecía dibujar en el aire con su soplo pausado era lo único que a Alexandre le agradaba de la noche. Y sin embargo era él el protegido de la noche, de la luna y las estrellas, del oscuro cielo que abrazaba París con su manto, tan negro cómo el cabello lacio del joven que ahora ondeaba bailando con elegancia junto al viento. Sus ojos cansados ya del mundo observaban el porte de la ciudad desde su posición en la azotea de un alto edificio con su curioso matiz grisáceo mientras algún que otro suspiro de resignación y melancolía se escapaba de entre sus labios bellos dibujados con maestría en aquel rostro blanco, casi marmóreo, cuya piel tersa y suave era envidia de las jóvenes muchachas que cada noche le acompañaban. Él era hermoso, pero su belleza a veces inspiraba miedo a quienes le rodeaban, siempre parecía tan altivo, tan perfecto… Dejando sus divagaciones perderse en sus pensamientos se concentró en necesidades más urgentes… no le costó apenas esfuerzo la bajada por las escaleras de aquel edificio frío de acero y cristal, que aún parecía más tétrico si cabía por el silencio que podía sentirse en los pasillos abandonados por sus habitantes habituales durante el día, trabajadores de las empresas que allí se alojaban. Cuando salió a la calle abriendo sin dificultad una de las puertas laterales del edificio, el bullicio de la ciudad que había quedado enmascarado por la altura penetró en sus oídos cómo un cuchillo. Nunca había llegado a acostumbrarse a la algarabía del “nuevo París” cómo el solía llamarlo, ni logrado entender la belleza de estructuras cómo el gran rascacielos que ya dejaba atrás perdiéndose entre la multitud con su abrigo largo y negro confundiéndole con la oscuridad que parecía reptar y escurrirse por las esquinas. 






Caminó distraído por las callejuelas durante no supo cuánto tiempo hasta que encontró lo que buscaba: una chica de unos diecisiete años yacía tirada en el suelo de un callejón, apoyada en la pared y al parecer ausente del mundo. Alexandre se agachó y su largo y fluido abrigo pareció envolver a la muchacha .La miró, tenía una sonrisa extraña en los labios, y las pupilas dilatadas sin duda por el efecto de una droga. -¿Esto lo haces por olvidar?-preguntó Alexandre casi para sí mismo. La joven le observó con la mirada perdida. -¿Michel?… ¿has venido a buscarme? ya sabía yo que lo harías… Él la miró entristecido. -Sí…-le susurró tras unos segundos de silencio- he venido a llevarte…todo ha terminado. Se inclinó sobre ella hasta que sus labios acariciaban suavemente el cuello de la muchacha. Ella casi no notó el dolor cuando dos afilados colmillos traspasaban su piel hasta llegar a la arteria, succionando después, con cuidado, cada gota de su sangre. Cuando Alexandre se separó de ella su corazón, que hacía unos segundos se esforzaba por no dejar de latir, iba acortando su ritmo, pues se le acababan las fuerzas. Ni siquiera había sentido cómo el tibio fluido rojo se escapaba de ella para ir a parar al cuerpo de aquel joven, dándole algo de color a su rostro y tiñendo sus labios de color carmesí. La miró por última vez y se alejó deprisa de aquel lugar, intentando borrar de su mente la culpabilidad por lo que había hecho, cómo siempre. Se había convertido en un verdugo, pensaba, en un segador de vidas. Él era el consorte de la muerte, el hijo de las tinieblas, el padre de la desgracia. Pero, ¿qué podía hacer él?, se repitió en su mente una vez más, ¿Qué podía hacer si tan sólo era un vampiro?

Mi Amor Vampiro




                                       Mi Amor Vampiro




Aquel dia,Kassandra, se quedó estudiando un examen de lengua en la biblioteca de su instituo.Al salir se dio cuenta de que ya se había echo de noche, y que si quería llegar pronto a casa, tendría que ir por otro camino, más corto, pero a la vez más oscuro y deshabitado. Sin pensárselo dos veces, echó a andar. Cuando estaba inmersa en sus pensamientos, algo la saco de sus cosas, un chico rubio de pelo largo, ojos verdes claros, alto, con unos pantalones negros ajustados , también un jersey del mismo color, pegado al cuerpo y para acompañar, un abrigo de cuero negro hasta más abajo de las rodillas . Kassandra nunca vio a un chico tan guapo en su vida. Sorprendida, se dio cuenta de que este chico, comenzó a andar hacia ella.Kassandra se sentía desfallecer. -¿perdona, sabes donde hay un bar por aquí cerca?-pregunto Jeyco -Si, esta dos calles más abajo-dijo ella -¿me podrías a acompañar hasta el por favor? No soy de aquí y me pierdo.-dijo el muchacho. Kassandra en aquel momento sintió una alegría y a la vez un desconcierto. ¿un chico tan guapo pidiéndola a ella que la acompañara hacia un bar? era demasiado bueno para ser verdad y a la vez bastante misterioso. En aquel momento, echaron a andar. Ella estaba muy nerviosa y notaba como este Jeyco la miraba mucho.De repente para romper el hielo, él  dijo: -Perdona,que descortés soy, me llamo Jeyco,¿y tú?- -Yo me llamo Kassandra.Encantada-respondio. -Bonito nombre- - dijo el- Cuando ella se dio cuenta de la frase, el la tenía contra la pared de un callejón. Sus caras estaban relativamente cerca.El derepente,la acaricio con mucha dulzura la cara.Tenia las manos muy frías. Ella le miro la cara más de cerca y vio que su rostro era perfecto, no tenía una sola imperfección, tenía los ojos más claros y más brillantes que nunca había visto.La boca estaba bien dibujada sobre su rostro y los labios eran muy carnosos, de color rosa pálido. Cuando Kassandra quiso decir algo, este le llevo la mano a los labios y la dijo: -Cuando esto termine lo entenderás todo- Y lentamente, sus labios se acercaron a los de ella. Estaban más fríos que las manos, y empezó a besarla con pasión y ternura. Su lengua al contrario que el resto del cuerpo era cálida y se empezó a mover por su boca de una forma muy sensual y delicada. Kassandra no podía creer lo que la estaba pasando. Era una situación de lo más peculiar y excitante. Cuando llevaban un buen rato besándose, el retiro su lengua, y sus labios de los de ella, y empezó a dar piquitos a la comisura de los labios de ella, hasta llegar lentamente a su cuello. Ella a cada beso que la daba sentía una descarga eléctrica que la erizaba el vello y la paralizaba. De repente cuando estaba a punto de estallar de placer, sintió algo que la punzaba el cuello. Eran los colmillos de Jeyco, que se clavaban por la vena más pronunciada de su cuello. Kassandra de repente quiso apartarse y empezó a forcejear. Notaba como su sangre pasaba al cuerpo de él, pero de repente le vino una especie de placer. Paro de moverse y se entregó a él en su totalidad. Empezaba a notarse muy débil, y a consecuencia de esto, las piernas se doblaron y  cayo lentamente al suelo, pero el vampiro la cogió por la espalda y la empezó a tumbar en el suelo muy suavemente, y con mucha ternura.








Cuándo el paro de succionar su sangre, noto como un torrente cálido que inundaba su cuerpo y le dio cierto toque de color a su perfecta cara. Se arrodillo, y vio como a Kassandra se le escapaba la vida. Su corazón a penas latía ya, y él se acercó a su rostro y comenzó a hablar: -te voy a dar un don que a muy pocos se le ha concedido. Caminaras conmigo en las tinieblas y serás mi hija y mi amante inmortal. Ninguna enfermedad te afectara y la edad no pasara por ti.- Kassandra no podía pensar. Estaba demasiado débil para hacerlo, pero con la cabeza, asintió. -muy bien-dijo el vampiro. Cogió un trozo de cristal que había a unos metros de ellos, y con esto, aparto las mangas de su abrigo y jersey, y se cortó la vena con profundidad, dando una herida, que dejaba caer en el rostro de ella unas gotas de sangre. -Bebe mi niña, te queda muy poco tiempo. Se mía para siempre. Ella con mucha dificultad, aplico los labios a esa herida. Comenzó a succionar, primero con miedo, pero cuando su sangre inundo su garganta y su boca, comenzó a chupar con violencia. Cada vez de esa sangre obtenía más fuerza y calor, eso que le había arrebatado Jeyco. -ohhh, así, sigue mi niña- Ella siguió y siguió, pero el quería jugar un rato más con ella. La aparto de él, y ella con fuerzas renovadas, se levantó de su lecho de muerte y le dijo: -Dame más fuego líquido mi amor.-Pidió ella. -pues ven y búscalo- Dijo el con sorna. Ella se acercó a él e intento hallar otra fuente de sangre. Al final la encontró, estaba en su cuello. Volvió a aplicar la boca a la herida y empezó a chupar con mucha fuerza. Él ya estaba débil para seguir dándola más fuerza y sangre.Jeyco astutamente cogió su cabeza, y la llevo otra vez a sus labios y empezaron a darse un beso de sangre. -Estoy demasiado débil, mi niña- Dijo él. -Tengo una idea-Dijo ella. Ella esta vez le cogió a él y le beso. Kassandra previamente, se había mordido la lengua haciéndose una herida que emanaba mucha cantidad de sangre y el comenzó a besarla y a chupar de su herida. Esta unión de sangre hizo que se excitaran los dos de forma muy intensa. Esa noche había muerto una mortal, pero había nacido una hija de las tinieblas.
Kasasdra hija de Jeyco
Espero os guste
Lady_Black_Moon

martes, 22 de noviembre de 2011

Eternidad 1ª Parte





                                                     Eternidad 1ª Parte









Mi nombre es Slayne y hace varios siglos que mi vida cambió por completo. En aquel momento yo vivía solo en un viejo edificio del centro de la ciudad. No solía relacionarme con mucha gente, quizá fuera por mi trabajo, pasaba horas en el taller de encuadernación. Pero también influía mi carácter. Siempre he sido un joven muy reservado y un poco antisocial. Esto me ocurría desde que era un niño. Siempre había tenido una relación difícil con mis padres, por eso al cumplir la mayoría de edad decidí que lo mejor sería vivir por mi cuenta. Sólo había una persona con la que tenía simpatía. Un amigo de la infancia, Aliosh. Una noche Aliosh pasó por mi casa y me invitó a una copa en un bar que hacía poco que habían abierto. Además hacía unos días que no nos veíamos y nos vendría bien charlar de nuestras cosas. Nos dirigimos hacia el bar dando un paseo por el centro, ya que no se encontraba muy lejos de mi casa. Aquella zona no era una de las mejores de la ciudad. No tenía muy buena reputación. Todos los edificios eran ya muy antiguos y la mayoría estaban desocupados. Al cabo de un rato llegamos al local. Nos detuvimos delante de la puerta. Era una puerta antigua, deteriorada e imperceptible a simple vista. No imaginamos por qué razón estaba situada estratégicamente de aquella manera, era casi imposible descubrir la entrada. El cartel parecía oculto en la sombra. Una vez dentro nos quedamos perplejos, al ver el ambiente que reinaba en él. Era un lugar sombrío, apenas había luz, nada más que unas pocas velas. Las paredes estaban pintadas de colores oscuros, cosa que no ayudaba a iluminar la sala. Aliosh y yo decidimos sentarnos en uno de los divanes. Todos eran de terciopelo, unos negros y otros morados. Poco a poco, mientras mi camarada y yo charlábamos, empecé a fijarme en las demás personas que había en el bar. Soy consciente de que en aquella época solíamos llevar trajes bastante llamativos, pero aun así me resulto extraño la vestimenta de aquellas personas. Vestían todas con tonos muy oscuros. Casi todos los hombres llevaban capa larga, y las mujeres vestían con atuendos demasiado provocativos. Mientras comentaba mis descubrimientos sobre el local a Aliosh, mis ojos se centraron en una joven sentada cerca de nuestra mesa. No le di importancia pero en ese momento tuve una extraña sensación al cruzar nuestras miradas. Durante esos instantes de charla con mi querido amigo conseguí olvidarme de todos los problemas que me rodeaban. Me sentí a gusto en ese lugar. Empezó a hacerse tarde y Aliosh y yo decidimos que ya era hora de volver a casa. Pero, de pronto, alguien se acercó a nuestra mesa. Era la mujer que hacía un instante había visto en la sala. Y sin dilación preguntó: - Disculpad, ¿puedo sentarme con vosotros? - Sí, claro. – respondimos, indicándole un gesto amable para que la chica tomara asiento. Como buenos caballeros, quisimos invitarla a una copa de vino, pero ella la rechazó. -Perdona pero, tenemos que irnos. Ya es un poco tarde. Advirtió Aliosh. La mujer se apresuró a pedirnos que nos quedáramos un poco más, que tomáramos una copa con ella. – Quedaos. Me gustaría conoceros, si no os importa. Cambiar impresiones y experiencias. De nuevo volvió a recorrer mi cuerpo una extraña sensación. ¿Qué me sucedía? ¿Por qué aquella mujer despertaba en mí aquella inquietud? - Me llamo Akessa. – dijo. Y de pronto empezó a relatarnos algunas de sus aficiones y entretenimientos. Nos preguntó nuestros nombres y para nuestra sorpresa, Akessa, aquella encantadora mujer, nos propuso algo inusual. - ¿Aceptaríais acompañarme a mi casa y ofreceros una copa del mejor vino de la región? - Claro.Slayne te acompañará encantado. Perdonadme pero yo no voy, estoy demasiado agotado.- dijo Aliosh. Y me dejó solo con ella. Cuatro siglos atrás todo era muy diferente. No tuve más remedio que acompañar a Akessa. No me importaba hacerlo pero se podía decir que le debía una a mi querido amigo. Akessa y yo tomamos un carruaje y nos dirigimos a su residencia. Al llegar, me sorprendió enormemente el tamaño de aquel edificio, semejante a un castillo. Cuando entramos pude comprobar sus dimensiones. Disponía de varias habitaciones, un gran salón y hasta una biblioteca. Al llegar al salón quedé maravillado. Era muy espacioso perfectamente distribuido y decorado, iluminado con velas, que desprendían un aroma suave y dulzón, con amplios ventanales, cubiertos por unas suntuosas cortinas de terciopelo rojo, que daban a un precioso jardín. Amablemente Akessa invitó a que me sentara en unos de los butacones de la sala ofreciéndome una copa de vino. Ella tendió su frágil cuerpo sobre unos de los divanes. Poco a poco empezamos a charlar, a contarnos como era nuestra vida. - Nunca he estado rodeada de mucha gente. Siendo muy joven perdí a mi familia.-confesó con una gran tristeza en su mirada-. He pasado largas temporadas sola, sin ningún tipo de compañía, y cuando por fin parecía que encontraba a alguien con quien olvidar mi soledad, era yo quien debía desaparecer. Me provocaba una terrible tristeza escuchar esas palabras de una mujer tan joven como Akessa. Me costaba creer que una joven, que había sufrido tanto en la vida, que estaba tan sola y parecía tan frágil, hubiera conseguido sobrevivir, y además poseyendo la gran residencia donde nos encontrábamos. De pronto, me di cuenta de la belleza que poseía . Su piel era tan pálida que podía distinguir, casi a la perfección, algunas de las venas que recorrían su cuerpo. Sus ojos eran profundos, muy oscuros, casi negros, a veces tenía la sensación de que iba a caer en ellos. Su pelo desprendía unos lindos reflejos dorados que me encantaban. En ese momento llevaba su larga melena suelta y el flequillo recogido en un bello pasador rojo, haciendo juego con su sugerente corpiño, que realzaba espléndidamente su figura. Casi sin darme cuenta quedé prendado de aquella fascinante mujer. Me sentía muy a gusto hablando con ella, pero creí que era hora de regresar a mi casa. Cuando me disponía a levantarme Akessa se puso en pie casi al mismo tiempo. - Sé que tienes que irte, pero me gustaría volver a charlar contigo. Has conseguido que esta noche olvide la soledad. - Creo que es una idea excelente.- sinceramente estaba encantado de que Akessa me pidiera algo así.- ¿Puedo volver mañana un poco más temprano? - Mañana no será posible pero, nos veremos pronto.-en ese momento ella cerró la puerta, dejándome allí plantado. Al volver a casa no pude conciliar el sueño. Al día siguiente no puede parar de pensar en ella. Ya que no estaba seguro de cuando volveríamos a vernos, pensé que, quizás, ella volvería al local donde nos conocimos. Así que aquella misma noche regresé a la taberna. Estuve varias horas, pero no apareció. Durante tres noches la estuve esperando, sin resultado….




Continuara...

Eternidad 2ª Parte






                                                         Eternidad 2ª Parte











 Al cuarto día desistí. Creí que no volvería a verla jamás, pero aquella misma noche, cuando volvía a casa desde el trabajo, vi a alguien apoyado en la puerta de mi casa. No tenía ni idea de quién podía ser. Fui acercándome poco a poco, y descubrí que era Akessa. - ¿Creías que me había olvidado de ti?-dijo con un tono irónico, que me resulto algo turbador-. Perdóname he estado algo ocupada. ¿Te apetece que vayamos a mi residencia? No sé muy bien por qué, pero ese momento no pude articular palabra, simplemente asentí con la cabeza. - Acércate-dijo extendiendo su mano hacia mí, me rodeó con sus brazos y susurrándome al oído me dijo-. Cierra los ojos. Sentí una extraña sensación, y un aire gélido que acariciaba mi rostro. Ahora sé lo que fue aquella sensación y lo que sucedió. Pero en ese momento no tenía la menor idea. - Ya puedes abrirlos- me dijo suavemente al oído. No podía creer lo que veía. Estábamos en el salón de su casa. No sabía cómo habíamos llegado allí, tan rápido y sin transporte. Entramos y esta vez Akessa me llevó hasta su magnífica biblioteca. Las paredes estaban repletas de estanterías y éstas llenas de libros de historia, filosofía, ciencias y poesía. Me fascinó el lugar. Siempre me había sentido atraído por ese tipo de libros pero, nunca pude permitirme el lujo de poseer una colección semejante a la de Akessa. - Veo que te agrada este lugar. Me ha llevado tiempo reunir tal cantidad de obras –no podía dejar de mirar la gran cantidad de libros que ella poseía. Yo ardía en deseos de leerlos todos.- Podrás disponer de ellos cuando te apetezca. Tenía la sensación de que ella sabía lo que pensaba. Me maravillaba aquella hermosa mujer, su belleza, sus gestos, su elocuencia y amabilidad, su capacidad de razonar semejante a los antiguos filósofos. Akessa no tardó en reparar en ello. Nos acomodamos en uno de los divanes de la biblioteca, no muy alejados el uno del otro. De pronto la expresión de su cara cambió y su voz se exaltó. - Te gustaría poseer una biblioteca como esta, ¿verdad? Leer todos los libros que hay en ella, disfrutar de las estancias de este inmenso palacio… - ¿Qué pretendes decir con todo esto? ¿A qué viene este tono?- no entendía por qué  me decía todo aquello y la forma en que lo hacía. En ese momento no podía imaginar las palabras que a continuación saldrían de sus labios. - Hace tiempo que vago sola por el mundo. Necesito a alguien con quien compartir mis posesiones, con quien hablar de mi pasado, mostrar mis aptitudes físicas, tan difíciles de entender… La tristeza empezó a apoderarse de su rostro. Enseguida noté como contenía las lágrimas. - Slayne, eres un joven, bello, lleno de vitalidad. Veo en ti una persona bondadosa, alguien en quien poder confiar y debo confesarte que, en mi interior, ha despertado un gran sentimiento por ti. Pero temo equivocarme al confiarte mi secreto. No quisiera que me odiaras por ello. - ¿Odiarte? No podría hacer tal cosa. Eres una mujer maravillosa, tan bella como una diosa, y tan inocente como una chiquilla. – Acércate, me coloqué junto a ella. Cierra los ojos y libera tu mente de todo pensamiento-susurró, mientras posaba su mano sobre mis ojos. Empecé a distinguir en mi mente una serie de imágenes. Veía flores, árboles magníficos y fuentes bellísimas. Creí estar en un edén. Era un jardín espléndido lleno de color. Nunca había visto algo así. Esas imágenes no pertenecían a mis recuerdos. - Dime, Slayne, ¿que ves? - Es algo casi innarrable. Veo un precioso jardín, repleto de flores de distintos colores. Fuentes de agua cristalina. Estatuas de hermosos ángeles. Pero, no entiendo. Nunca he estado en este lugar. Nunca he visto nada igual. - Tienes razón, nunca has estado, abrí los ojos y mire a Akessa extrañado pero a la vez maravillado. Yo misma lo he reproducido en tu mente. Puedo hacer que tú también lo consigas y puedas disfrutar de este y de muchos más. - ¿Cómo lo has hecho? No era capaz de entenderlo . Desde luego que me gustaría gozar de esos jardines, pero no dispongo de dinero, ni tiempo. - Yo puedo darte ese tiempo, y el dinero tú mismo podrías conseguirlo. Como también una casa y una biblioteca semejante a ésta. ¿De qué modo iba a darme más tiempo? Mi trabajo me ocupaba la mayoría del tiempo, y mi vida acabaría tarde o temprano . Tú, sólo dime si renunciarías a lo que posees en este momento por todo lo que yo puedo ofrecerte, únicamente necesito tu aprobación. Sopesé todo lo que ofrecía Akessa, y sinceramente era mucho mejor lo que ella me proponía que la vida que vivía en ese instante. Acepté, sin saber bien donde me metía, pero lo hice. Akessa me pidió que la siguiera. Me llevó hasta su dormitorio, exquisitamente decorado.  ¿Estarías dispuesto a permanecer entre las sombras? Sí, aunque no sabía muy bien a qué se refería. Nos acostamos, uno junto al otro. Me besó en las mejillas con dulzura, luego en los labios con pasión mientras acariciaba mi rostro. Me rodeo con sus brazos y nos fundimos en un intenso abrazo. No temas, quizá sea duro pero estaré contigo hasta el final, me susurró. Empezó a besarme en la nuca, fue entonces cuando sentí un pinchazo en el cuello. Me parece recordar que volví a ver el jardín que Akessa me había mostrado antes. Creí perder mis fuerzas, debilitarme, pero tenía la sensación de que estaba a salvo. Ella me sostenía en sus brazos.Tranquilo, disfruta de tu preciado jardín. No temas por nada, estaré junto a ti para siempre, sentí que la vida me abandonaba. Toma, bebe y sacia tu sed. Bebí, bebí hasta no poder más. Sentí un inmenso dolor en mi interior. Mi cuerpo estaba a punto de estallar. Entonces caí agotado sobre la cama y me sumí en un profundo sueño. A la noche siguiente me desperté. No recordaba muy bien lo que había sucedido pero vi a Akessa sentada en la cama junto a mí. ¿Qué sucedió anoche? pregunté. Te he transformado en un ser completamente nuevo y diferente. Lo único que debes hacer para seguir así es beber la sangre de tus víctimas, no acercarte al fuego y no exponerte a la luz del sol. ¿Qué? ¿Pero qué has hecho conmigo? ¿En qué me has convertido? ¿Qué clase de ser eres? Creí que era una broma. No podía creer lo que Akessa me decía. - Soy una vampiro, y a partir de ahora tú también lo eres. Poco a poco descubrirás lo que eres capaz de hacer. Y lo que tú deseabas, el tiempo. Tu vida no tiene límite, la inmortalidad te acompañará eternamente. Ahora es el momento de ir en busca de tu víctima.




Espero os guste:   Lady_Black_Moon




lunes, 31 de octubre de 2011

Black Moon





Black Moon 
De manera tímida acariciaba su mejilla y admiraba su rostro
 apacible y frágil. Te tocaba como si fuera una figura de
 porcelana recostada en su lecho y le veía, su mirada era
 constante, le admiraba mientras un suave rayo de la luz de
 la luna le bañaba el rostro. Parecía un cadáver tendido en
 la cama, pero su suave respiración le desmentía. De pronto
 sus caricias de detuvieron y su mirada se posó en un
 añorado tesoro para su ser, en unos rojos labios que entre
 abiertos inhalaban pequeñas bocanadas de aire fresco.

Se inclinó sobre ella con la mirada anhelante, con los labios
 húmedos y su cuerpo temblando ante el deseo y el pecado
 que ese cuerpo frágil le provocaba.
Se detuvo a medio camino al percatarse del moviendo de
 una de las pequeñas manos que mostraba indicios de que
 ese ser volvía de su viaje a los sueños.
Se alejó y se colocó en las sombras de la fría habitación.
 Mientras observaba su presa despertando.
Lentamente la dama que antes hubiera estado en la cama
 se incorporó asustada al no reconocer la habitación donde
 se encontraba, tocaba su cabeza presa de un dolor
 inexplicable que trae consigo el uso de algún poderoso
 narcótico. Se levantó y miro hacia la venta abierta de par
 en par, un segundo piso le alejaba de la libertad, miro a su
 alrededor pero solo podía ver árboles de grandes copas y el
 viento que suavemente le acariciaba el rostro el cuerpo
 cubierto por un delicado vestido blanco de seda, que caía
 delicadamente sobre su delgado cuerpo, lo mismo que una
 larga cabellera negra.

Miro de nueva dentro de la habitación y con la poca
 iluminación se percató de la figura vestida de negro que
 trataba de esconderse.
Llevo su mano a la boca tierna en un intento de reprimir un
 grito, pero de inmediato la bajo, trataba inconsciente de
 buscar algo a su alcance para poder defenderse, daba
 diminutos pasos hacia atrás, con los ojos abiertos y sin
 apartar la mirada.









Llego con un golpe seco a la puerta de la habitación, tenía
 en la mano la perilla que comenzaba a girar suavemente
 cuando el hombre entre las sombras salto a su encuentro,
 esta vez un grito agudo salió de los bellos labios de la
 chica.

Una mano firme pero suave le callo de inmediato y una voz
 que no reconocía le indico silencio con un sonido en el
 oído, algo en esa voz era embriagante y un pequeño
 cosquilleo nació en su vientre de inmediato y sintió la
 aceleración de su corazón.

La mano que sujetaba aun la perilla era presa de la otra
 mano más grande y fría.
El hombre al fin cerca de la joven aspiro delicadamente el
 cuello de su víctima, sus labios casi rozaban la pálida piel,
 y la joven lanzo un suspiro muy bajo pero perceptible, su
 piel erizada también le transmitía un mensaje al hombre
 que sonrío de forma triunfante entre los cabellos de la
 joven que desprendían un delicado aroma a flores.







Lady_Black_Moon

lunes, 24 de octubre de 2011

Quiero Ser



Quiero volver a ser parte de aquellas tinieblas iniciales...Quiero volver a ser aquel alma oscura que vagaba libremente y sin saber lo que era el dolor...Quiero sentirme otra vez parte del inicio de todo...Quiero volver a mis raíces...Sé que eso es imposible...Mas lo deseo...Siento como mi alma escapa en esta noche...Libre de todo deseo humano o vampírico...Siento como puedo avanzar por las tinieblas...Sin ataduras de ninguna especie...Avanzo sin ser observada y siento la soledad de ser única entre tantos iguales...Mi esencia se pierde entre la oscuridad infinita de las tinieblas...Pero mi alma duele...Duele como nunca  ha dolido...Tengo necesidad de ser alma que atraviese la oscuridad como filosa espada...Pero sé que es imposible...Y la ira invade mi ser...Entro en mi cuerpo y de mí se ya se ha apoderado un cruel deseo de sangre...y te veo parado frente mi...Quien sea que fueras...No quieras conocerme...Porque eso jamás sucederá...Si has conseguido un beso de mis labios...Y no he acabado con tu vida...No quieras más de mi...Soy un ser muy misterioso y así quiero seguir hasta que las tinieblas se apoderen de mi ser...Y me convierta en parte de ellas...Y mi alma se funda por siempre entre su oscuridad eternamente...Quiero ser tinieblas...Y lograr que todos los seres oscuros caminen bajo mi protección...Quiero ser como las tinieblas que hoy me abrazan...Cuando despierto...Abro mis ojos y sé que ellas  han llegado...Me pierdo en la noche y caigo subyugada entre sus brazos...Y siento como ella se funde en mí y me hago parte de ella...Eres el sacrificio mortal!...El sacrificio que ella exige de mi...Ella quiere acción...Y yo...Yo se la daré...En esta triste noche te busco...Mientras la niebla se levanta cubriendo lentamente mis pisadas...Me deslizo hacia ti...Sientes el miedo recorrer todo tu cuerpo...El impacto de mi imagen te paraliza...Y aunque todo lo que ves te parce una alucinación...Quedas prendado de mis ojos que refulgen en la oscuridad de la noche...Primer mandamiento. No mires mis ojos...A no ser que quieras sentir mis dientes en tu cuello...No mires mis ojos...A no ser que quieras compartir tu sangre...Y a no ser que estés dispuesto a morir...No mires mis ojos...A no ser que quieras sentir como te hundes en tus propios sueños...Pensaste que sería grato que yo entrara en tus sueños y posara mis fríos labios rojos en tu suave cuello?...Pues lo será...Pero solo el tiempo en que tu sangre se acabe...El tiempo que yo decida que todo debe terminar...Y ese tiempo ha llegado para ti...

La Noche Oscura





La Noche Oscura

Era una noche demasiado oscura, para que Ángela saliera sola... pero eso no le importó, ya que era demasiado su dolor como para pensar en la oscuridad... Había perdido su gran amor a manos de su padre... el rey que lo había mandado a matar al enterarse que amaba a su hija, ya que él era el chófer... Ella siguió caminando por esa fría y oscura noche..., y al llegar a una esquina, vio a un hombre parado que la miraba fijamente... Él era un hombre muy apuesto, que tenía su vestimenta completamente oscura... Era alto, piel blanca, cabello oscuro, ojos verdes y labios bien formados, era todo un galán... Él se acercó a ella y le preguntó qué era lo que tenía que se notaba demasiado triste... ella le contó toda su historia y platicaron durante horas... La noche pasó muy rápido y antes de que amaneciera, Alexander se despidió... y se fue... Pasó una semana y ella seguía pensando en él y él en ella... Después se volvieron a encontrar y se enamoraron duraron mucho tiempo hasta que un día... el padre de Ángela se enteró y pidió que mataran a Alexander; ella se enteró y advirtió al amor de su vida; en una noche oscura decidieron fugarse juntos, pero ella no sabía un secreto de Alexander, que él le iba a revelar esa noche oscura... Pero no hubo tiempo porque llegó su padre a matarlo y decirle a Ángela que Alexander era un vampiro y quería matarla; ella no daba crédito a lo que escuchaba y Alexander no tuvo más que aceptar que era un vampiro pero que no la quería matar porque la amaba... Después, el padre de Ángela sacó una cruz y agua bendita y se la vació a Alexander... ella se interponía, pero los esclavos de su padre la sujetaron... Alexander no sabía qué hacer y tras una fuerte pelea, Alexander murió a manos del padre de Ángela... Ya cuando amanecía, Ángela no lo pudo soportar y se suicidó saltando al vacío. Después d eso todas las noches oscuras ven a una pareja de enamorados, que están en esa noche fría y oscura hasta el amanecer...Alexander y Ángela se amaron hasta la muerte.

Criaturas De La Noche




Criaturas De La Noche
Después de dos siglos de guerras continuas entre licanos y vampiros, los dos clanes habían logrado establecer una alianza política para gobernar el reino de las tinieblas. Ahora sí controlarían el mundo de los humanos uniendo sus fuerzas infernales. Los humanos habían contrarrestado el ataque de estos dos clanes con ayuda de la ciencia, desarrollando armas especializadas con químicos altamente destructivos. Ya los ajos, las estacas, o la plata, no servían para eliminar a éstas criaturas maléficas que se disputaban por milenios su único botín, el hombre. La alianza política de los clanes se dio gracias al amor entre una mujer lobo y un vampiro. De ellos nacería una criatura muy poderosa que lograría hacerse del gobierno de las dos especies. Así, subyugaría completamente a la raza de los mortales. Luego de un tiempo, Acanio nació. Era un hibrido espantoso capaz de transformarse en una bestia con la corpulencia de un lobo con fauces terribles, y la virulencia de un vampiro altamente tóxico y corrosivo. Los hombres, que por muchos siglos habían perseguido y destruido a estos seres de la noche, experimentaron las primeras muertes y cacerías. La fusión, había aventajado obviamente a los clanes en número, organización y fuerza. No pasó mucho tiempo para que los licanos y vampiros diezmaran a la raza de los mortales casi hasta el límite. Entonces, el Arcángel Miguel descendió desde el eterium con seis ángeles. El Creador de los hombres le había asignado el exterminio de las criaturas de la noche. Siete terremotos se sintieron sobre tierra cuando los seres alados descendieron. Comenzaron a caminar en dirección a la inmensa ciudad subterránea de Acanio. Allí, las bestias esperaban la señal crepuscular agonizante del día, para ascender y seguir devorando y destruyendo la raza humana. De un batallón de cinco mil soldados de guerra, incluyendo la marina y aviación, quedaban sólo quinientos, la mayoría de fuerzas especiales e inteligencia militar. Los químicos altamente destructivos no eran suficientes para contrarrestar el ataque de las bestias con su potencia descomunal. Vampiros y licanos tenían su mejor arma, la asombrosa capacidad para regenerar sus células. Se hacían llamar inmortales precisamente por esta extraña cualidad que los hacía prácticamente invencibles frente a los humanos. Pero su secreto lo tenían bien guardado en un libro llamado Crónica de la Caída de los Ángeles. Allí se encontraba el misterio de sus orígenes basado en un antiguo y oscuro pacto. Un grupo de hombres estaba al tanto de la existencia del libro, habían logrado entrar a la inmensa catacumba subterránea. De día, el paso había sido fácil, todas las criaturas estaban embutidas dentro de sus criptas o nichos lobunos. El lugar tenía el diseño de una ciudad moderna enterrada bajo el subsuelo. De tantas horas de camino, hurgando en todas las moradas decoradas con un tétrico color ocre, Ulises, el jefe de la peligrosa expedición, había dado con el libro. Entonces, todos se precipitaron hacia la salida porque estaba próximo el alba, le habían robado dos horas no permitidas al cronómetro. Los hombres comenzaron a percibir los gruñidos de las bestias, uno a uno fueron desapareciendo detrás de Ulises que quería llegar al umbral de la cueva. Acanio inició su diabólica metamorfosis, ensanchando su boca, haciendo crecer sus colmillos, oscureciendo su carne membranosa, agrandando la extensión de su cuerpo y extremidades. Ulises salió y corrió a grandes zancadas. Con el libro podría hallar la debilidad de las criaturas de la noche. Por fin, los humanos destruirían a sus más odiados depredadores. Pero no, Acanio logró darle alcance. Ulises trataba de esconder el libro. Acanio, la horrenda bestia, se lo arrancó con un zarpazo y le dio muerte. Los licanos y vampiros, siguieron su guerra contra el género humano destruyéndole a cada paso. El primer gobierno mundial estaría en manos de una bestia de la oscuridad. Miguel se aproximaba con los demás ángeles a la ciudad de Acanio. Desenfundaron sus espadas resplandecientes. La bestia hibrida estaba confiada, impertérrita, esperando al ángel que venía a retarle. Ya sus lacayos estaban preparados para hacerle frente a los extranjeros. Entonces, los seres alados llegaron con la luz del cielo, y sólo su luz los debilitó. Acanio, que era el más fuerte, saltó hasta la salida de la cueva, sólo tenía fuerzas para huir. Atrás quedaron sus bestias fulminadas por la luz de los visitantes del eterium. Y cuando la bestia hibrida se creyó ilesa, desplazándose a gran velocidad, aprovechando todavía la noche para traspasar la cumbre de la montaña del mundo, salió la luz del alba y lo aniquiló. Entonces, los siete ángeles movieron sus alas hasta el cielo. Nunca más los hombres serían exterminados por las criaturas de la noche, sólo sus bombas atómicas podrían hacerlo.

domingo, 14 de agosto de 2011

Oberon...El Elegido








Era una oscura noche de Invierno, sin apenas luna, corría una ligera brisa que hacía que la sensación de frio fuese aun mayor, Oberón vagaba por las calles oscuras de su ciudad sin rumbo definido, ensimismado en sus pensamientos, y se preguntaba por qué él había sido el elegido y no otro,  aquella noche de verano por una Gran Dama de nombre  Lady_Soulless ,  para vivir y vagar eternamente, a tener que alimentarse de sangre humana, a no poder salir con la luz del día, a permanecer siempre en la oscuridad.

Había sido elegido por aquella Gran Dama, para ser el…….. ¡ Rey de los Vampiros !

Todo comenzó aquella noche del mes de Agosto,  sucedió como un sueño, el sueño de una  noche de Verano, para Oberón.

Oberón se dispuso a salir de su casa, arreglándose un poco más de lo acostumbrado para él, había quedado con un grupo de amigos para tomar unas copas y divertirse un poco. Antes de ir al encuentro con sus amigos, pensó que no le iría mal pasear un poco solo y pensar en la vida que estaba viviendo. 

Estaba anocheciendo, la poca luz que reflejaba el sol y las nubes hacían que fuese una luz gris tenue que se filtraba a través de los edificios y calles, al fondo la inmensidad del mar, hacia que apeteciese caminar un rato. 

Había sido un día caluroso pero en aquel momento cuando paseaba solo por aquel paseo, junto al mar, corría una brisa suave  y fresca, todo indicaba que podría ser una noche muy agradable.

Oberón apuraba un cigarrillo y aligero un poco el paso, dirigiéndose al encuentro con sus amigos, a lo lejos los vio y entre el grupo pudo observar que había la figura de un mujer toda vestida de negro aparentaba ser una gran Dama y pensó, debe ser una nueva que se une al grupo,  Drak un amigo de Oberón le presento a aquella mujer.

Oberón mira te presento a Lady_Soulless  es Domina como tú.

Oberón dirigiéndose a aquella dama le dijo: Un placer conocerla Lady_Soulless  y le dio dos besos.

Al darle la mano y besarla Oberón noto la suavidad de su piel y el olor intenso a Lilas que desprendía aquella Dama, pero noto también un frio especial en sus mejillas y en sus manos.

En todo momento ambos Oberón y Lady_Soulless  se sentaron juntos, la cena fue todo un éxito, luego el grupo se marcho a tomar una copa, por algún local de moda de la ciudad, ellos  decidieron pasear y conversar por aquel paseo junto al mar.

Ella le conto su afición por los  Vampiros, por la sangre, a Oberón siempre le había atraído también ese tema, además también bromeaba con sus incisivos ya que los tenía un poco más grandes de la cuenta y estaban acabados con un poco en punta, decía que el
 ¡Podría ser también  un Vampiro!

  Ella se reía, pero no dejaba de mirar fijamente a los ojos de Oberón, eso a él lo ponía un poco nervioso, ambos se sentaron en un banco del paseo, Oberón encendió un cigarrillo y se lo ofreció a aquella Dama de ojos verdes con un brillo especial en ellos.  Ambos conversaban se reinan y se contaban sus gustos sus aficiones, bueno ya se sabe a lo que me refiero en una primera cita, hubo un instante en que ambos se miraron a los ojos, a Oberón se le estremeció el cuerpo al notar aquella mirada, en aquel preciso instante, los ojos de aquella Dama  habían cambiado de color, ahora eran negros con un brillo especial, el no podía apartar su mirada de aquella mujer, comenzó a tener unas ganas locas de besar aquellos labios, noto una atracción no podía y la vez no quería que se terminase, sus labios estaban cada vez más cerca de los de ella, cuando Oberón los beso, noto que estaban más fríos de lo normal, agarro su mano y también noto aquella sensación de frio, pero la verdad no presto mucha atención.

Oberón le hizo una proposición, la invito, a tomarse una copa en su casa, ella  acepto gustosamente aquella invitación, una vez en casa, este saco dos copas de vino tinto y entre bromas y risas comenzó brindando por los Vampiros, a  ella  entonces se le escapo una sonrisa picarona y ambos volvieron a mirarse fijamente a los ojos, Oberón volvió a notar esa atracción extraña, notaba que sus fuerzas flaqueaban ante aquella mirada.
Beso aquellos labios de nuevo, aquella sensación de frio en aquellos labios le atraía, le hacía sentirse bien, aquel simple beso, acabo en un beso largo, prolongado y apasionado.

Abrazo a aquella Gran Dama, sentía una atracción extraña pero a la vez placentera, continuo besándola,  besando su cuello, buscando el oído para darle besos y lamerlo suavemente a la vez que le daba unos mordisquillos en el lóbulo de la oreja, su mano acariciaba el pecho de aquella Dama, Oberón noto como los pezones se le ponían duros, cuando el mordisqueaba el lóbulo, Oberón era también Amo como ella  y no sabía cómo podía acabar aquello.

Lady_Soulless  lo separo y con un suave empujón de sus manos hizo que dejase caer su espalda sobre el respaldo del sofá, fue entonces cuando ella  comenzó a desabrochar los botones de la camisa de él, muy lentamente sin dejar de mirarlo a los ojos fijamente, una vez desabrochada la camisa comenzó a besarle el torso dirigiéndose lentamente hacia el cuello, el no dejaba de acariciar los pechos y la espalda de aquella mujer, aun notaba esa sensación de frio y le extrañaba que estando así los dos, ella no tuviese la temperatura de su cuerpo más alta.

Oberón se sentía indefenso ante aquella Dama , ante aquella mirada que le desmontaba todos los esquemas, ambos se desnudaron y comenzaron a besarse alocadamente como si esa noche fuese la última de sus vidas, Oberón completamente desnudo y aquella mujer sentada sobre su pene, lo estaba haciendo suyo y él se abandonaba al placer que le estaba ofreciendo, los movimientos cada vez eran más bruscos más seguidos, Oberón noto que ella estaba a punto de llegar al orgasmo y él quería llegar también junto a ella.

Lady_Soulless comenzó a gemir eran unos gemidos que le recordaban a una gata en celo, eso aun lo excitaba mas, entonces comenzó a gemir más seguido, los movimientos también eran más rápidos y más profundos, él  la acompañaba  en cada envestida que ella hacía, Fue cuando ella se dejo caer y comenzó a besarle nuevamente el cuello a darle mordiscos suaves pero a la vez profundos, a él le gustaba aquella sensación que le estaba ofreciendo. Ella se incorporo un poco, clavo su mirada en la de él y sonrió , él la miro y vio nuevamente esa mirada de ojos negros con aquel brillo especial y al fijarse en la sonrisa de ella vio que de aquella boca sensual , sobresalían dos incisivos largos y puntiagudos, Oberón no podía dar crédito a lo que veía, no podía  hacer nada, estaba indefenso ante aquella Dama, justo en el momento preciso de llegar al orgasmo, aquella mujer de mirada penetrante se inclino sobre el cuello de Oberón y dándole un mordisco clavo sus colmillos sobre aquel cuello indefenso, comenzó a alimentarse de la sangre caliente de Oberón, fue entonces en aquel preciso instante cuando los dos llegaron al orgasmo, era una sensación de placer y dolor, fue un orgasmo intenso como jamás había sentido, ambos quedaron exhaustos, tumbados en el sofá.

Oberón yacía con el cuello ensangrentado, ella sonreía y relamía las últimas gotas de sangre que aun tenía en sus labios, el estaba paralizado no podía moverse, pero no podía dejar de pensar por que él había sido el elegido por aquella Gran Dama para ser vampiro.

 Entonces ella  se incorporo y sin dejar de relamerse los dedos aun ensangrentados, miro de nuevo a Oberón y le dijo:

Tú y tan solo tú has sido elegido para vivir eternamente junto a mi Lady_Soulless  la Reina de los Vampiros  para ser:

Oberón……. el Rey de los Vampiros.

Escrito por DuendeReus  17/8/2011


Continuara