sábado, 11 de junio de 2011

Muertos Y Enterrados....Por Sombr4




Muertos y  Enterrados



El día había acabado y aquella volvía a ser una noche como todas las demás… y como muchas de las noches anteriores, me encontraba tirado en el sofá, viendo otro estúpido programa más de la basura que emitían en la tele, ya que esa noche, no tocaba serie, y ni siquiera sabía porque estaba allí tragándome aquella bazofia… simplemente no tenía ganas de moverme, finalmente, apagué la tele y me dirigí hacia mi habitación, me detuve frente a la puerta y miré hacia la cama, viendo que una noche más, nadie me esperaría en ella. Me acosté, y, como tantas otras noches… no conseguía dormirme. Cambiaba de postura constantemente, de un lado hacia otro, el silencio de la noche era inquietante, tan sólo la luz de una lejana luna que entraba por la ventana, apenas me iluminaba. No podía dejar de pensar… no sabía exactamente en qué… en algo que me atormentaba y no me dejaba descansar. En todo aquello que me había atormentado toda mi vida, el pasado… o quizás… un presente vacío, o tal vez… un futuro incierto. Encendí la luz de la mesita y abrí el cajón de donde cogí un bote de somníferos, y como tantas otras noches, me tragué unos cuántos, quizá demasiados, pocos minutos más tarde, finalmente… conseguía dormirme hasta perder el conocimiento.De repente un atronador relámpago perturbó mi descanso, me desperté de un sobresalto, angustiado, pronto me di cuenta que se trataba de una atronadora tormenta… No llovía, tan sólo había deslumbrantes y atronadores relámpagos y hacía un fuerte viento. Me levanté, intenté encender las luces, pero extrañamente, no había luz, miré por la ventana… tampoco había luz en la calle, tan sólo la tenue luz, que apenas se apreciaba, de una tímida luna entre nubes oscuras y los iluminantes relámpagos, me permitían ver algo. Salí al pasillo, vi cosas tiradas por allí, algunos objetos y papeles, caminé por él, y frente a la puerta de mi habitación de trabajo vi que estaba todo tirado por el suelo, cajones  y armarios abiertos… ¿Qué había pasado allí?... de entre todas esas cosas que había por el suelo vi todas aquellas fotos que guardaba… las cartas que nunca más volví a leer, con las que había llorado hacía mucho tiempo… y hasta cosas que ya no recordaba que guardaba…no lograba entender nada… permanecí inmóvil durante unos segundos mientras veía como el fuerte viento que entraba por la ventana, hacía volar todo por la habitación. A continuación empecé a escuchar unos ruidos extraños en el salón, unos crujidos, no sé si serían los muebles, en uno de los relámpagos que iluminaban por segundos, cogí la caja de cerillas que tenía por allí a mano, quedaban apenas tres o cuatro cerillas, busqué mi pistola, cogí balas y la cargué, a continuación, me dirigí sigilosamente hacia el salón. En uno de los constantes relámpagos, pude ver la sombra de alguien inmóvil que me observaba en la oscuridad, le apunté con la pistola y dije:

-¡No se mueva o disparo! ¿Quién es usted?

Mientras le apuntaba me contestó:

-¿Vas a matarme?... no puedes matar lo que ya está muerto.

Respondí:

-¿Me conoce?... ¡¿Quién cojones es?!... ¡Responda!, ¿Qué ha venido a buscar? ¿Qué quiere de mí?...

Respondió:

-Encontrarás tu respuesta esta noche, búscame allí donde descansan los muertos, allí donde se ilumina la muerte.

La sombra se dirigió hacia la entrada, le grité: ¡No se mueva!, disparé pero no se detuvo… no sé como pero, misteriosamente… ¡desapareció tras la puerta!, que estaba cerrada. Corrí hacia ella, la abrí, en el rellano no había luz así que cuando los relámpagos iluminaban, cogí rápidamente un mechero del cajón del mueble de la entrada, salí y comencé a bajar las escaleras alumbrándome como podía hasta abajo… el portal estaba abierto, no había ni una sola luz encendida en la calle ni en ningún edificio, todo a oscuras…Avancé unos pasos… hacía mucho viento y el mechero ya no encendía, todo estaba bastante oscuro, apenas se notaba algo de luz, muy tenue, aunque los relámpagos iluminaban constantemente. Empecé a caminar hacia algún lugar, no sabía muy bien donde, buscando a aquél hombre misterioso, no había nadie, la calle estaba totalmente vacía, intenté volver hacia el portal de mi edificio, la puerta se había cerrado, intenté llamar a los timbres para que alguien me abriera, pero nadie respondió, decidí entonces caminar, sin saber muy bien a donde iba, exclamé:

-¿Qué cojones está pasando aquí?...

Seguí caminando hacia el final de la calle, donde se avistaba ya un descampado, a lo lejos, pude contemplar una especie de luz extraña, como un aura luminosa que se encendía y se apagaba, no se veía muy lejos, recordé, que aquél hombre me había dicho que le buscara allí donde descansan los muertos, en algún lugar luminoso, aquella luz provenía del final del camino al cementerio, así que me dirigí hacia allí, era lo único que vi iluminado en toda la zona.Cuando me iba acercando, pude comprobar que la luz provenía del viejo cementerio, tenía mucho miedo, pero, estaba perdido, así que seguí avanzando para comprobar de qué se trataba realmente.Finalmente llegué al cementerio, la puerta oxidada, medio encallada en el suelo, estaba abierta… entré, a continuación exclamé: -“¿Hola?... ¿Hay alguien ahí?”... no respondía nadie…Seguí avanzando… caminando hacia el interior, por los pasillos, entre los nichos y las tumbas. Me iba acercando poco a poco, hasta que pude avistar de donde procedía la luz, venía de unas lápidas que no había visto antes. Finalmente llegué al lugar, se trataba de una zona donde flotaba una especie de aura que iluminaba unas lápidas recientes, cuando me fijé en ellas detenidamente… me quedé atónito cuando empecé a leer los nombres que había grabados en ellas… ¡eran nombres y apellidos de gente que conocía!,  ¡antiguos amigos de mi pasado!… ¿Qué significaba todo aquello?... Volví entonces a ver la sombra de aquel tipo, acechándome desde la oscuridad, entonces me dijo:





-Ésta es tu respuesta.

Le respondí

-¿Qué?... ¿Qué significa todo esto?

Me respondió:

-Los asesinos nunca descansan en paz, tú nos hiciste esto, esto es tu pasado.

Respondí:

-Pero… ¡esta gente está viva, yo les conozco!

Me respondió:

-Tú nos mataste, hace mucho tiempo, borraste todo rastro de nuestra existencia en tu vida, lo guardaste todo, lo que permanece oculto y encerrado no existe, intentaste seguir con tu vida, pero nunca fuiste nada sin nosotros, te quedaste solo para siempre, la soledad es un buen sitio para estar, pero no para quedarse, nos borraste de tu vida, pero nunca pudiste borrarnos de tus recuerdos.

Entonces lanzó una pala hacia mis pies y me ordenó:

-¡Cava y descubre en que nos convertiste!

Cogí la pala y empecé a cavar… mientras iba retirando la tierra y destapando los ataúdes de cada uno, iba descubriendo sus cadáveres… al terminar caí arrodillado al suelo, desconsolado entre lágrimas negándome a mí mismo lo que estaba contemplando. Me repetía una y otra vez, que no podía ser cierto todo aquello, entonces, una vez más le volví a gritar que quien era, tan sólo me contestó:

-Para ti, una vez fui alguien, ahora, como todos ellos, tan sólo un fantasma.

Después de decirme aquello, la sombra comenzó a alejarse de allí… desapareciendo en la oscuridad. Permanecí entre lágrimas, arrodillado ante las lápidas, entonces el aura se empezó a apagar, dejándome en la oscuridad, únicamente iluminada por los relámpagos.

De repente, desperté de un sobresalto… algo desorientado, era de día, me encontraba en mi cama…respiré aliviado… ¡todo había sido un sueño!, me quedé pensativo unos segundos y de repente me levanté apresuradamente hacia mi despacho, estaba sólo en casa, todo estaba en orden, me puse a buscar las llaves y empecé a abrir los armarios y cajones… respiré aliviadamente viendo que todo seguía allí, entonces saqué uno de los álbumes de fotos… empecé a mirarlo, pasando página por página, lo cerré, lo abracé contra mí y lloré.

Cuando vas acumulando recuerdos, tu vida se convierte en un cementerio, un cementerio lleno de fantasmas de los que no puedes huir… fantasmas que te persiguen para siempre… allá donde vayas, fantasmas que atormentan tu vida o que en algunos momentos, te recuerdan que quizás alguna vez fuiste realmente feliz, entonces deseas que el tiempo retrocediera y volver a un pasado que jamás volverá, otras veces en cambio… deseas que ciertas cosas jamás hubiesen ocurrido.

Relato Escrito y Cedido Por :Sombr4

Espero Os guste

No hay comentarios: