sábado, 11 de junio de 2011

La Noche De Los Vampiros





     La Noche De Los Vampiros



Ocurrió no muy lejos de aquí, en alguna parte de este lugar llamado Madrid, una ciudad cosmopolita ahogada por un continuo estrés y plagada de gente de todo tipo, y de entre esa gente, echo de menos la existencia masiva de siniestros que ya se han extinguido de las calles de ciudad. Pero hace mucho tiempo esto no fue así, hubo un tiempo en que una oleada de estos entes de la noche plagaba sus calles, los cuales campaban a sus anchas por las calles más emblemáticas, de noche, cuando el sol había caído y la oscuridad invadía los rincones más recónditos de la ciudad. Estos seres de apariencia siniestra, góticos ataviados de elegante cuero y elástico, con cadenas metálicas, botas y muñequeras de pinchos, todo tipo de complementos siniestros y expresión de muerte, convivían con los demás mortales de la ciudad con aparente normalidad.


Había mucho movimiento y la escena gótica se encontraba en su máximo esplendor, pero todo tenía una explicación. Muchos se preguntaban a que se debían esas masas siniestras por las calles de la ciudad, pues Madrid era una ciudad con aparente normalidad donde se solía ver de todo, hasta cierto punto, y los góticos necesitaban sus lugares especiales, lugares adaptados a su forma de entender la vida… o más bien la muerte, la noche era para ellos y necesitaban un lugar para alojarse, donde pudiesen expresarse con total libertad.


Todos se hicieron enseguida eco de la notica, habían abierto un nuevo antro en la ciudad, se encontraba en una planta baja de uno de los callejones que conectaba con la calle principal, Gran Vía, se llamaba Dark Hole, una sala diferente a todas las demás de la ciudad, se trataba de un agujero oscuro para todos aquellos siniestros que poblaban la ciudad. Los góticos ya tenían por fin un lugar para ellos donde acudir y disfrutar toda la noche de sus deseos más oscuros.


Abría las noches de los sábados, a partir de la 1 de la madrugada, y todavía recuerdo las largas colas que se formaban a la entrada, y los grupos ataviados de sus mejores galas de negro que se daban cita todos los sábados antes de la apertura del local. Se podían ver góticos caminando por la calle, hacia el local, entes de la noche oscura caminando entre las demás personas, era una bella escena digna de recordar.


Cualquiera no se atrevía a entrar, pues muchos se acojonaban con solo ver aquellas masas de siniestros pululando por la calle, lo que ocurría cada noche en el interior de la sala era digno de admirar, pero eso solo lo sabe únicamente cualquiera que hubiera estado alguna vez allí.


Cuando entrabas por la puerta y bajabas las escaleras, te introducías en un sótano oscuro en el que te envolvía una intensa oscuridad.

Tenías que bajar tres pisos desde la entrada principal para acceder a la pista, la cual era literalmente un agujero oscuro donde se acumulaban todos los góticos y demás entes siniestros para dar rienda suelta a su “fiesta macabra”, toda la noche durante 5 horas.



Todo lo que allí se podía observar, era espectacular, gran multitud de siniestros ataviados con sus atuendos más elegantes y oscuros, metidos de lleno en lo prohibido, bailando música que tan sólo ellos podían escuchar, rechazando cualquier señal de normalidad, envueltos en una siniestra oscuridad que tan sólo se iluminaba por los rápidos destellos continuos de las luces y a veces, una intensa niebla era expulsada cubriéndonos a todos por segundos. Pero detrás de todo eso había algo más, allí, entre nosotros, en la oscuridad.

Una noche fui al baño, en el cual solía haber siempre alguien, había que esperar para entrar, en una de esas veces que tenían la puerta entornada y esperaba para entrar, vi algo increíble y aterrador, pude observar que uno de ellos tenía los colmillos bastante notorios y con sangre en su boca, pude ver como se relamía la sangre y se los limpiaba, me quedé petrificado, sin saber que hacer... Pensé que sería un evento casual, o incluso visiones o alucinaciones después de tan siniestro espectáculo. Pero aquel no fue el único caso, otras noches que fui a los baños, volví a observar que otros hicieron lo mismo, entonces me di cuenta que allí estaba ocurriendo algo extraño, más extraño de lo que de por sí ya era el lugar. Recuerdo que una noche estuvieron repartiendo unos botecitos con líquido rojo, no sabía que serían ni por que los repartían entre los asistentes… para entonces ya lo comprendí todo.


Sin duda nadie fuera tenía conocimiento de esto, nadie sabía lo que ocurría allí ni quieres eran realmente los que asistían al lugar, pero el antro estuvo abierto durante 14 años. De repente, después de tanto tiempo, y habiendo llegado a ser un mito para todos los que buscaban una noche siniestra, anunciaron su clausura, y cerró para siempre sus puertas, la noches góticas se acababan y los góticos se quedaban sin su mítico lugar.

La masa de góticos acabó desapareciendo de las calles, la escena gótica acabó apagándose y difuminándose entre la aburrida y convencional vida de los mortales, y lo que antaño fue un mito emblema de oscuridad y siniestralidad que se llenaba las noches de los sábados, donde se formaban colas de negro cuero y elástico para entrar, hoy es una puerta decrépita olvidada y abandonada, cerrada desde hace mucho, acumulando polvo y soledad en la oscuridad de su interior, en silencio, el reflejo podrido de lo que fue un día una de las salas más míticas en la noche de Madrid.



Relato Escrito Por : Sombr4

Espero os Guste

No hay comentarios: